Durante una acalorada sesión del Concejo de Santa Marta, los concejales Miguel Martínez y Anselmo Gual protagonizaron un intenso enfrentamiento verbal que interrumpió el desarrollo del debate.
Según testigos, el concejal Gual interrumpió las declaraciones de Martínez con insultos, llamándolo «periquero». Este comentario provocó una inmediata reacción de Martínez, quien exigió respeto y pidió que no se interrumpiera su intervención.
Martínez calificó los comentarios de Gual como un complot para distorsionar las sesiones del concejo y añadió que Gual trabajaba en complicidad con el alcalde de la ciudad.
Durante el intercambio, Martínez declaró: «No meto perico, eso es una falta de respeto. Tú sí metes perico, tú sí tienes fama de hacerlo aquí en Santa Marta. Por favor, presidenta, pido una moción de orden. Que se controle y se respeten los debates».
Martínez continuó exigiendo respeto, solicitando al presidente del concejo que tomara medidas para mantener el orden: «Que el señor Gual no me interrumpa cuando esté hablando. Pido una moción de orden, más respeto aquí en el concejo. Él me está tratando de loco, por favor, sáquelo o expúlselo de esta sesión».
Finalmente, Martínez manifestó su indignación por los insultos recibidos: «Además, me falta el respeto tratándome de bruto aquí frente a todos, siendo él el coadministrador del alcalde de la ciudad».
La sesión concluyó en un clima de tensión, reflejando las divisiones y rivalidades que persisten dentro del Concejo de Santa Marta.