
Montería. Detrás del crimen de Hugo Hernán Guerrero Ayazo se encuentra una causa poderosa, originada por quien dio la macabra orden de matarlo. A pesar de enterarse de su trágico destino, este hombre intentó cambiar su suerte, pero no lo logró.
Sus verdugos, identificando su punto más débil en su familia, lo obligaron a regresar a Montería cuando ya se dirigía hacia Lorica para salir de Córdoba. Una llamada nerviosa de su esposa, presionada por aquellos que buscaban aplicar su propia ley, lo hizo retornar.
El pasado lunes 22 de enero, cuando el hombre estaba de vuelta, fue interceptado en una cita con la muerte en los alrededores de la Terminal de Transporte de la capital de Córdoba. Lo obligaron a subirse a un taxi y lo maniataron para llevarlo a algún lugar donde alguien lo esperaba.
En un descuido de sus captores, Guerrero Ayazo se lanzó del carro en un acto de supervivencia pero, al mismo tiempo, suicida. Rodó por el asfalto de la calle que conduce al barrio Héroes de la Patria y, cuando estaba a punto de desamarrarse para salvar su vida, los secuestradores abrieron fuego hasta matarlo.
Este suceso ocurrió en la tarde de ese lunes. Quienes reclamaron su cuerpo mencionaron que lo llevarían a velar al barrio Furatena, y sobre los motivos del crimen, es posible que aquellos que lo hicieron regresar tengan la respuesta.