El ‘Clan del Golfo’, que tiene una fuerte presencia en todo el departamento de Córdoba, es una de las nuevas generaciones de las desaparecidas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Esta organización delictiva está compuesta por dos estructuras principales y cinco subestructuras, todas operando en territorio cordobés.
Estructura ‘Roberto Vargas Gutiérrez’:
- Subestructura ‘Javier Yepes Cantero’:
Opera en Ciénaga de Oro, Cereté, San Pelayo, Purísima, Momil, Tuchín, Cotorra, Chinú, San Andrés de Sotavento, Sahagún, y en la margen derecha de Montería. - Subestructura ‘Uldar Cardona Rueda’:
Actúa en las zonas rurales de Ayapel y Buenavista. - Subestructura ‘Rubén Darío Ávila’:
Tiene presencia en Planeta Rica, Pueblo Nuevo, parte de Buenavista, Puerto Libertador, Montelíbano, Tierralta, y San José de Uré.
Estructura ‘Central de Urabá’:
- Subestructura ‘Zuley Guerra’:
Presente en Canalete, Los Córdobas, Puerto Escondido, Lorica, San Antero, San Bernardo del Viento, y en la margen izquierda de Montería. - Subestructura ‘Juan De Dios Úsuga’:
Actúa en Valencia, clave en el narcotráfico por ser una ruta hacia el Urabá antioqueño.
Tropiezos en el Proceso de Diálogo
A pesar de que el Gobierno Nacional ha presentado este proceso como un “sometimiento a la justicia,” los líderes del ‘Clan del Golfo’ han expresado su rechazo a esta propuesta. Jesús Ávila Villadiego, alias ‘Chiquito Malo’, principal cabecilla del grupo, declaró que “no existe posibilidad de que aceptemos una ley de sometimiento,” y afirmó que su organización cuenta con cerca de 9 mil combatientes, lo que la convierte en una de las más poderosas del país.
Actividades Criminales en Córdoba
En Córdoba, el ‘Clan del Golfo’ controla el narcotráfico, microtráfico y extorsiones a través de las llamadas ‘vacunas’ a empresarios, ganaderos y comerciantes. Estas actividades ilícitas permiten sostener a los cerca de mil hombres que operan en esta región.
Llamado a la Paz desde Córdoba
Desde Córdoba, el gobernador Erasmo Zuleta Bechara ha pedido al Gobierno Nacional que este territorio sea un ‘laboratorio de paz’ en la mesa de diálogos con las AGC.