La madre de Juana Iris expresó su profunda decepción al descubrir que su hija, durante su fuga, se había casado con un hombre mucho mayor, a quien describió de manera despectiva como “feo y remaluco”. Este detalle añadió un matiz de sorpresa y desilusión a la ya complicada situación.
Previamente, la madre había manifestado su desaprobación hacia la relación de Juana Iris con este hombre, lo que aparentemente llevó a la joven a tomar la drástica decisión de escapar de casa y contraer matrimonio sin el consentimiento de su familia. Durante los días de su desaparición, la familia estaba profundamente preocupada por su seguridad, solo para descubrir que su ausencia había sido planeada como parte de sus intenciones matrimoniales.
El regreso de Juana Iris no trajo el alivio esperado; en cambio, generó más preocupación por su bienestar, dada la significativa diferencia de edad con su esposo y la tensión familiar resultante. La situación ha dejado a la familia y a la comunidad en un estado de incertidumbre, mientras enfrentan las difíciles decisiones que deberán tomar en el futuro inmediato.
