Durán Ibargüen habría introducido estos dispositivos de alta gama de contrabando en la cárcel. Sin embargo, tras su extradición, los equipos desaparecieron del centro penitenciario.
Ahora, a través de su abogado, exige la devolución de cuatro iPhones 15 y cinco proyectores Kodak, alegando que estos objetos le pertenecen y que fueron sustraídos ilegalmente durante su tiempo en prisión.
La situación se complica aún más con la extradición de Durán a los Estados Unidos el 20 de marzo, saliendo del país apenas con lo básico: ropa y artículos de aseo. Sus costosos dispositivos tecnológicos no estaban incluidos en el traslado, lo que sugiere que no formaban parte de sus pertenencias al momento de su salida.
El caso se torna aún más intrigante cuando se descubre un inventario detallado de los equipos retenidos al capo, como si estos pudieran estar presentes en el Pabellón de Extraditables. Cada dispositivo fue registrado en una Boleta de Registro y Control, incluso acompañados de facturas de compra legales.
Esto plantea una serie de interrogantes sin respuesta. ¿Cómo logró Durán Ibargüen introducir los equipos en la cárcel? ¿Hubo complicidad por parte del personal de seguridad del Inpec en su ingreso? ¿Se sabía que los tenía en su posesión en el pabellón?
Lo más llamativo es que el abogado de Durán reclama la devolución de los equipos presuntamente robados, sin mencionar la ilegalidad de tener estos aparatos en prisión. Sin mostrar remordimiento alguno, solicita su retorno mediante un derecho de petición.
