
Durante más de tres años, Maira Alejandra Zapata, una supuesta médica, trabajó en la Clínica de la Policía en Barranquilla, donde atendía pacientes, firmaba contratos e incluso recetaba medicamentos. A pesar de su aparente buen desempeño, la falsa médica desapareció cuando las investigaciones revelaron irregularidades en su contratación. El caso ha sido trasladado a la Fiscalía por solicitud de la misma Policía, que se convirtió en víctima de este engaño. La historia destaca la ironía de cómo la Policía, a pesar de aplicar controles rigurosos, no pudo confirmar la existencia real de la contratista. El escándalo también reveló presunto nepotismo y llevó a la suspensión disciplinaria de cinco funcionarios por omisión de funciones en los procesos contractuales.